lunes, 30 de noviembre de 2009

Camino del mar...Puerto Padryn

Nuestros días en Bariloche llegaron a su fín, pero sin nostalgias dejamos la cabaña Aguas Claras, bajo una llovizna persistente, agradeciendo los hermosos días de sol con que la ciudad nos había permitido conocerla. Como los dos lunes anteriores nos pusimos en marcha con destino al Bolsón, destino que estaba incluido por la mística que arrastra, villa destino de artesanos y muchos errantes que querían dar un giro a su vida. En fín que contorneando por última vez el Nahuel Huapi, partimos bajo lluvia. Conocimos despues un pedacito del Mascardi, y cruzados a veces por otros viajeros como el de la foto que recorrían como nosotros la famosa ruta 40, y conociendo hermosos paisajes, antes del mediodía estábamos en El Bolsón. Nos instalamos en una cabaña en donde sufrí la primera decepción al saber que la feria no es permanente, sino que se hace tres días a la semana por lo que mi fantasía de ver el paraiso de las artesanías se hacía agua. Salimos a recorrer lo que se podía bajo lluvia, y calme un poquito en el centro permanente de artesanos mis ganas de ver y comprar alguna cosita del lugar. Después de comer alguien nos explicó que con el mismo espíritu, hay otra villa llamada Lago Puelo a solo 15 km, ya en la provincia de Chubut. Hacia ahí partimos y aún bajo lluvia pudimos conocer el lago que le dá nombre a la villa en donde tuvimos oportunidad de charlar con otros turistas que en barco llegaron a través del lago hasta Chile y estaban maravillados por los paisajes. Negocio de productos orgánicos








En Lago Puelo







Escultura de la plaza







Esta escultura por la selección de sus materiales rinde tributo a los pioneros que llegaron a la Patagonia persiguiendo sus sueños y esperanzas. La mecánica se inicia con la acción del viento. A traves de un cristal y un cuarzo de galena puede ser utilizado como medio para buscar la frecuencia individual y logra mayor conciencia y armonía y sintonizar sus relaciones. (Texto que explica la escultura)




A primera hora del martes, partimos para tratar de cruzar la Patagonia de Oeste a Este, y llegar Madryn nuestro último gran destino. Fue una grata sorpresa que ese camino al mar, nos deslumbrara con tantas bellezas : primero las montañas nevadas hasta Esquel, después salinas o lagunas donde nos sorprendieron flamencos rosados, y unas formaciones rocosas que la erosión transformó en increibles paisajes, que nada tienen que envidiarle a las famosas de Salta.































Llegamos a Madryn sorprendidos de haber hecho del recorrido que iba a ser un trámite, una hermosa experiencia del viaje. Con un certero consejo de la oficina de turismo y nuestra experiencia frente al mar, nos ubicamos en un sencillo departamento frente al mar, lo que nos dió un poco del paisaje de todos los Noviembres. Ya esa misma tarde averiguamos para hacer lo que sería la salida más importante de ésta parada: el avistaje de ballenas.














Vista desde nuestro depto.


Decidimos hacer por nuestra cuenta el avistaje, sin agencia de viajes y a primera hora estabamos partiendo para Puerto Pirámides. Después de pagar el ingreso al Area Protegida, una parada en el Centro de visitantes, nos permitió una introducción teórica a todo lo que ibamos a ver: la historia de la protección mostrando fotos increibles de las antiguas matanzas, y el cambio a ésta posición de protección; y lo que más nos impactó, el esqueleto completo de una ballena que apareció en la playa , simplemente IMPRESIONANTE!!! Nuestro avistaje fue increible, los anticipos que nos habían hecho no se equivocaron, es muy movilizador ver esos seres inmensos, sumergiéndose a la par, saltando o apareciendo tan cerca de la embarcación que por momentos sentí que podíamos tocarlo. Durante un largo rato nos acompañó un pingûino que jugueteaba con un ballenato que estuvo largo rato acompañándonos, hasta que según nos comentó nuestro piloto, vió aparecer a su madre y se fue para amamantar. Era tan hermoso verlo y saber encima a traves de los comentarios de los guías que estabamos presenciando algo único en el planeta: que ese lugar, ese golfo tiene el privilegio de ser elegido por esos magníficos animales, tanto para aparearse, como un año después para parir y criar a sus pequeños en los primeros meses, protegidos de grandes predadores. Las historias que nos contaban más nos hacían admirarlas. Comentario aparte, el barco era nuevamente un testimonio de cuanto el turismo internacional elige nuestros mágicos lugares, eran muchísimos españoles, franceses, estadounidenses y a quienes por su lengua no podía reconocer que pasaron a ser para mi "de república checa"... A todo ésto Jorge desde el carajo (el lugar más alto del barco, y que con risas nos explicaron dió nombre al insulto), estaba sacando fotos frenéticamente. Después supe que con el estaba una bióloga identificadora de ballenas, que tomaba apuntes cuando alguna ballena se dejaba ver. El haber compartido ese lugar con esa eminencia lo hizo sentir como de la "elite" del barco...


































Cuando terminó el avistaje el barco al regresar se enganchó a una especie de trailer que acarreado por inmensos tractores, lo llevaron a la playa. Es muy gracioso ver ese espectáculo, y nos quedamos un rato presenciando como se veía con otros barcos. Almorzamos en uno de los bolichitos que había en la primera bajada a la playa, mientras contemplábamos a lo lejos la salida de otras embarcaciones. Terminamos la tarde recorriendo los alrededores, maravillados con los encantos de Puerto Pirámides.








Nuestro último día fue muy hermoso, comenzando a disfrutar de los pequeños placeres que normalmente hacen nuestras vacaciones plenas...playa y mar, caminata todo al resguardo del viento entre unos médanos que encontramos en Mimosa (nombre de la playa jajaja).El día que amenazaba con ser tormentoso, terminó siendo un hermoso día de sol, las vacaciones estaban terminando, eso sí....

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