lunes, 30 de noviembre de 2009

Villa Pehuenia , tierra mapuche

Partimos de Chile muy temprano, y recorrimos en medio de charlas el camino que cruza la cordillera, que tanto nos había maravillado a la ida. Como primas habíamos pasado muchos años sin saber de la otra, e intentamos superarlos en el camino. El plan inicial era llegar a San Rafael para llegar a Villa Pehuenia Viernes a la tarde. Finalmente decidimos llegar hasta donde diera. Terminamos durmiendo en Neuquén y arreglamos encuentro con nuestros amigos de 9 de Julio (con quienes compartiríamos el fin de semana) a la mañana, en Zapala. En el encuentro nos enteramos que no podíamos hacer el camino habitual por estar interrumpido por nieve y deberíamos hacer uno más largo. No imaginábamos entonces cuan deslumbrante sería el camino.


Encuentro y cagándonos de frío























Sobran las palabras, camino a Villa Pehuenia...










Cuando llegamos improvisamos almuerzo, y después de cargar la salamandra que nos daría calor los siguientes días, todos nos fuimos a charlar al solcito.
Lozano improvisó una payasada de leñador para las cámaras, el que alimentó la salamandra fue nuestro amigo Luis.












Nuestro segundo día estaba destinado a conocer el Batea Mahuida (significa depresión en la montaña) un centro de esquí único en el país, por estar administrado por los mapuche que no solamente administran el centro y la hosteria de la base, sino que además dan en temporada las clases de esquí.
Iniciamos la ascención sabiendo que estaría cerrado, pero sin saber la deslumbrante sorpresa que nos esperaba
.












Camino al Batea Mahuida, en algún momento pensamos que no podríamos seguir con el auto por la cantidad de nieve, pero finalmente se portó muy bien y nos dejó justo en la hosteria.
























Con Mapuchito el nombre que dí al perrito que encontramos solito ahí, no se despegó


































Asado con la mirada vigilante de Lobito



















Último día en Pehuenia, recorriendo la villa y tomando sol plácidamente en la bajada al lago











Almorzamos con una de las precursoras del turismo en  Pehuenia, Escilda, que nos contó mil historias y quedó re enganchada con el proyecto Lozano de difusión de la villa: contarle a la gente el gran secreto hasta ahora mantenido oculto, el lago Aluniné tiene un monstruo Aluminón...
Lozano aparte de propulsar que sea conocido, propuso la creación de merchandaising del mismo.

















Coleccionistas de objetos antiguos, impresionantes.











Visita de unos vecinos, que en medio de un bosque de pehuenias hicieron su morada. El mayor encanto para mí, Junior, su  canichito, que me traía su pelota para jugar...

































 





Despedida de Villa Pehuenia, solos el lunes a la mañana. Al despertar y abrir la puerta....
Que pasó acá??????


Después de disfrutar de esa maravilla un rato, y al ver que no paraba de nevar, iniciamos el Operativo partida, terminar de cargar el auto y sacarle la nieve.

































Despidiéndonos de Escilda nos encontramos con el muñeco de nieve que habían dejado temprano nuestros vecinos los pescadores en su cabaña.










Con éstas vistas increibles nos despedimos de Pehuenia....











Palabras de despedida a Villa Pehuenia



Pehuenia, mahuida

palabras

con sentido y música

música y sentido...

Caleidoscopio único

son los colores

iluminando

tus tierras...

Verdes araucarias,

recortadas

en la blancura

infinita de tus nieves.

Miles de ocres,

enmarcando

el azul profundo

de tu lago y de tu río.

Si pareciera

que el mapuche

nos presta,

un poco de la magia

que lleva puesta...

Si pareciera

que la Pacha

pintó aquí

sus mejores telas,

y quiere compartirlas

y nos las muestra....


1 comentario:

  1. Muy bueno como armastes el blog. ¡Que momentos hermosos vividos en la villa!! Tenemos que arriarlos a los pfisterer. El flaco con unos buenos tintos, es presa facil! jajajajajaja

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